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Diversidad del síntoma
 
Síntoma y nombre del padre

Por Geneviéve Morel

A partir de R.S.I Lacan cambia la definición del síntoma. De metáfora en "La instancia de la letra en el inconsciente", deviene función en R.S.I como sinthome, cuarto redondel de un nudo, borromeo o no. Esto concierne a las consecuencias clínicas de la última parte de la enseñanza de Lacan, particularmente en el campo de las psicosis.

El síntoma como metáfora contenía en sí mismo su posibilidad de curación. La metáfora, en efecto, como se hizo puede deshacerse.[1] Dora es un ejemplo de ello; que surja la palabra de su síntoma de conversión, la afonía -unvermögend, impotencia del padre que hace equívoco con su fortuna-, y una mejoría decisiva se produce. Poco importa aquí que sea respetado el sentido del síntoma. Freud puede engañarse todo lo que quiera ubicando a Dora en el lugar de la mujer en la relación sexual que efectúa su síntoma entre el padre y la Sra. K., en lugar de reconocer allí como Lacan- su identificación al padre impotente; el síntoma no se desanuda menos por ello. Lo que cuenta es que el significante de la metáfora, la palabra clave sea soltada. Lo simbólico aquí prevalece sobre lo imaginario del sentido y lo real sigue.

Un error de partida
En R.S.I. las definiciones del síntoma comportan consecuencias bien diferentes; el síntoma como "...signo de lo que no marcha en lo real. [2] Ya no podemos limitar el síntoma de Dora a sus conversiones; los signos que da de lo que para ella no marcha en lo real son múltiples.

Lacan en El Reverso del Psicoanálisis, incluye todo lo que divide al sujeto y hace de ello un "complejo histérico" multiforme, no resuelto, a través de la sola enunciación de lo unvermögend, como se ve en la observación freudiana.

"Defino el síntoma por la manera en la que cada uno goza del inconsciente en tanto que el inconsciente lo determina."' Una segunda definición del síntoma en R.S.I. nos muestra su doble lazo con el goce y con el inconsciente. Escribirlo con un f(x) corresponde a esta definición;[4] "f" es la función de goce, real entonces, del síntoma; "x" es... "lo que del inconsciente, puede traducirse con una letra", es decir un S1 aislado en el inconsciente que pudo representar al sujeto; pero que, aislado de todo S2, funciona sólo como "Uno", argumento de la función de goce del síntoma. Este es el efecto de determinación de esta "x" del inconsciente, simbólico entonces, sobre lo real del goce que se encuentra por ello especificado, singularizado.

El psicoanálisis toca al síntoma en la medida en que éste es homogéneo y que también opera desde lo simbólico hacia lo real, gracias a la interpretación. Al equívoco del síntoma donde permanece prisionero el goce del sujeto, responde el equívoco de la interpretación que lo apunta y produce efectos de sentido. Operar no es suprimír -vemos la diferencia con el síntoma como metáfora-, y si el síntoma en el fin del análisis no es más "conmovido" por la interpretación, no por ello permanece menos; a partir de entonces armadura inamovible y real del sujeto.

A este desplazamiento hacia lo real del concepto de síntoma que sólo una débil "x" engancha aún al inconsciente, corresponde -en la enseñanza de Lacan- una modificación paralela del concepto de Nombre del Padre. No estudiaremos aquí su naturaleza inicial de significante inconsciente en la neurosis y la perversión, ni como forcluido en la psicosis, ni su eficacia sobre la realidad por el sesgo de la metáfora paterna. No seguiremos tampoco la compleja evolución de este concepto. Observemos sin embargo, que en su escritura a través de las fórmulas de la sexuación Ex Ox, en las cuales él es el único punto de existencia, no es sólo simbólico ya que está ligado a un acto, un "decir que no", exactamente a un real.

Volvamos entonces al seminario R.S.I. Lacan insiste allí en un desdoblamiento del concepto de Nombre del Padre, entre el padre como nombre es decir, el significante del Nombre del Padre que no pone en causa- y otra función, la del padre que nombra, que n'hombra, escribe llegado el caso. Ahora bien, Lacan se interroga acerca de esta segunda función ligada al Nombre del Padre, la nominación, que proviene de un acto. ¿Es puramente simbólica como aquella que continúa a la creación en La Biblia, en donde un nombre común es dado a cada cosa?, ¿o pertenece a lo real?

El Nombre del Padre, ¿debe ser interrogado, además de lo simbólico, a nivel de lo real? "No es sólo lo simbólico quien tiene el privilegio de los nombres del padre", escribe, "(... ) Lo interrogaré el próximo año, [5] que será el año sobre Joyce. Y la cuestión con que concluye R.S.I. apunta a: "...lo que conviene dar como sustancia al Nombre del Padre".[6] No sin que ciertos elementos de respuesta no hayan precedido a la pregunta: "los" nombres del padre como pluralidad, suplen a partir de entonces al Nombre del Padre en singular. [7]

Freud, dice Lacan, anudaba los tres redondeles con una "función de sueño", la realidad psíquica que era su Nombre del Padre. Lacan considera que es posible pasarse de él anudándolos borromeanamente de a tres, o anudándolos a un cuarto que no sería forzosamente el padre; la función del síntoma ya está ahí en germen, y a partir del final de R.S.I. la nominación es escrita por Lacan como un cuarto redondel que anudaría lo real, lo simbólico y lo imaginario, separados. Ya ahí se ven las relaciones que establecerá al año siguiente entre nombres del padre, síntoma y nominación.

La pista que representa el seminario sobre Joyce va a llevar a nuevas precisiones. Lacan, por un lado va a dar una definición formal del sinthome , y por otra va a demostrar, va a escribir el sinthome particular de Joyce. Esta definición formal[9] consiste, luego de tanteos sobre diversos nudos, en considerar los tres redondeles R, S, I, como desanudados entre ellos, independientes y anudados borromeanamente por un cuarto nudo al sinthome . Es el "Uno" que sostiene la estructura, (situado en el aplanamiento entre real y simbólico).[10] ¿No se encontraría allí la estructura del síntoma neurótico?[11]

Pero Lacan extiende el sinthome más allá del campo de la neurosis hasta anudar R, S, I, por un cuarto, aun cuando habrá uno o dos errores y el nudo de cuatro no será nunca borromeo, tal el caso del nudo de Joyce.[12] Este cuarto redondel, el sinthome, podrá ser el padre: "...el padre no es en suma más que un síntoma o un sinthome.[13]

Recíprocamente, el caso Joyce muestra que un sinthome que no es el padre tiene la función de Nombre del Padre en su vertiente de nominación y, por este hecho, sostiene la estructura.

Lo que Lacan nos muestra en el caso de Joyce es un error de partida, una falta primera en la estructura de Joyce que, por este hecho, no es borromea. Para él, los redondeles de lo simbólico y de lo real están irremediablemente anudados. Clínicamente, las epifanías son la prueba de ello, en tanto se presentan como enigmas excluyendo todo objetivo de sentido para Joyce; excluyendo entonces lo imaginario. Ellas son la enunciación elevada a la potencia de lo real; en efecto, reproducen a menudo un diálogo enigmático y fuera de sentido en su banalidad. El hecho de que el anudamiento real-simbólico excluya lo imaginario es confirmado por la anécdota de la paliza referida por Lacan, en la que el joven Joyce siente su cuerpo soltarse como una cáscara, en una suerte de "dejar caer". [14] Lacan lo interpreta como el deslizamiento del redondel de lo imaginario, permaneciendo anudados el de lo real y el de lo simbólico.

Es interesante señalar por un lado, que no hay aún sinthome para Joyce en esta época, si no lo iniaginario del cuerpo no se habría deslizado fuera de él. Si este fenómeno de soltamiento del cuerpo no se hubiera producido, podríamos haberlo atribuido ya sea a la naturaleza excepcional de la anécdota, ya sea al hecho de que hay un segundo "preanudamiento" de lo real y de lo simbólico, o al menos un sostén simbólico del cuerpo constituido por la religión, de la cual Lacan dice que es: "la armadura de sus pensamientos", que él no rechaza a pesar de su increencia.

El nombre propio
En fin, una pregunta se plantea: Esta estructura particular (R y S anudados, I libre), es la consecuencia de la forclusión del Nombre del Padre? Lacan no lo afirma pero hace de ello la hipótesis y la argumenta diversamente. Lo que en todo caso puede certificarse, es que no hay sinthome neurótico en esta época en el sentido de un cuarto anudando los otros tres, ya que en ese caso lo imaginario no se habría deslizado.
De hecho, ya ahí se podría deducir que Joyce no es un neurótico. Por otra parte, si se configura la hipótesis de la psicosis, la estructura de partida de Joyce explica que no haya desencadenamiento, ya que lo imaginario bien puede deslizarse que real y simbólico permanecen de todos modos anudados. Ahora bien, en el momento del desencadenamiento de Schreber se puede localizar el desanudamiento de estas tres dimensiones. Joyce va a corregir, a reparar su nudo sólo gracias a su sinthome que "sustancializa" el Nombre del Padre. [15]

¿Responde Lacan a su propia pregunta al final de R.S.I.? Formalmente, desde el punto de vista del nudo, ¿el síntoma redobla el error primero?, es decir, ¿lo repite, volviendo a anudar una segunda vez lo real y lo simbólico, de manera que lo imaginario quede aprisionado, arrinconado entre ellos y no pueda ya deslizarse?[16]

Insistamos en dos puntos que pueden ser importantes para la clínica: El sinthome no suprime el error, lo que habría consistido en desanudar real y simbólico -esto podría ser un objetivo terapéutico, deshacer el error-, al contrario, yendo en el sentido de este error, empeorándolo y redoblándolo, es que la solución sinthomathique opera.

El segundo punto es que el sinthome no es instantáneo. Hay una historia, aquella de la escritura de Joyce. Hay un antes, pero no un después; es work in progress , es decir que es una práctica perpetua, incluso si es evolutiva. No es entonces comparable a una interpretación analítica que tendría un efecto de mutación estructural en sí misma. En este punto el sinthome de Joyce se aproxima a la metáfora delirante, asintótica, contrariamente a la metáfora poética, instantánea. Síntoma y metáfora delirante no son siempre fáciles de diferenciar clínicamente.

Terminaré con algunas observaciones sobre el arte de Joyce:

1- Si Lacan dice que anuda lo real y lo simbólico, es que al apoyarse en las epifanías -prueba clínica, según Lacan, del error primero-, Joyec va a ir eliminando cada vez más de su escritura lo imaginario del sentido, como se ve en Finnegans Wake, volviéndose enigma para los otros y jugando con el armazón translingüístico de la lengua.

2- El arte de Joyce responde a la cuestión del ser para Joyce: "hacerse ser un libro", 16 escribe Lacan quien encuentra que esta es una idea extraña.

3- El ser nos lleva al ego. ¿Por qué este arte es su ego? Un ego que, justamente, ¿estaría más ligado a lo real y a lo simbólico que a lo imaginario, contrariamente al del neurótico o al de Schreber? No nos contentamos con una respuesta formal que consistiría en decir que lo es porque retiene lo imaginario, aquello a lo cual no ha logrado dar un sentido preciso, salvo que ¿le evita quizás ese sentimiento del cuerpo-cáscara? Pero su arte es el soporte de un deseo, el de "ser un artista que ocuparía a todo el mundo", lo que es un sustituto del i(a) narcisista, un reconocimiento, no de la imagen del cuerpo por el Otro, sino de la obra que es. Al mismo tiempo es un lazo con el Otro que puede compensar un lazo social difícil., como expuso E. Laurent en las jornadas de la E.C.F. sobre la psicosis. El término de "escabel" utilizado por Lacan en sus conferencias sobre Joyce, el arte-escabel de Joyec metaforiza este ego.

4- Este escabel nos lleva a la función de nominación y así a la de Nombre del Padre, del sinthome, "quererse un nombre", dice Lacan de Joyce, [18] "...doy a Joycc, al formular este título,Joyce el síntoma, nada menos que su nombre propio...... escribe [19]. Esto no tiene nada que ver con el hecho de que él mismo habría cambiado de nombre en la realidad. Esto significa que el nombre de Joyce, gracias a su arte, ha devenido para todos aquél de un inventor en literatura. Ha "valorizado el nombre que le es propio a expensas del padre",[20] dice aun Lacan. Su nombre propio es entonces, "Joyce el síntoma", nombre de su obra, de su ser, y no es más Joyce hijo, hijo de Joyce padre. Y I.acan constata que, justamente, el nombre que le viene de su padre en los personajes que lo encarnan en sus novelas vira al nombre común, cargado incluso de sentido metafórico -lo que se ve a menudo en la psicosis-[21], esto ocurre con Stephen Dedalus.

¿No es la primera una nominación simbólica y real, opuesta a una nominación sinibólica e imaginaria, metafórico, como lo sería la última? De este modo, ser, ego, nominación, tales son las funciones de lo que Lacan llama el sinthome de Joyce, con un punto que se puede calificar de invención absoluta, singular: El es el artista, el único en no solamente haber inventado una nueva forma de literatura, sino también el primero en haber ilustrado, para Lacan, la fórmula del sinthome: no f(x), sino f sólo, función de goce, desabonada de la x del inconsciente, aboliendo el símbolo que permanece como brújula del neurótico.

 
Versión no revisada por el autor | Traducción: Nieves Soria | Original en francés en Revue de I'E C.F., N, 21. 1992.
 
Notas
1- Lacan J.. "Radiophonie", Scilicet . 2/3, Seuil. 1970.
2- Lacan J. Ornicar?. n.2 Séminaire R.S.I., séance du 10 déceinbre 1974. p. 96.
3- Ibíd. Ornicar?- n. 4, séance du 18 février 1975. p. 106.
4- Ibíd. Ornicar ? n.5. séance du 21 janvier 1975. p.66.
5- Ibíd. Ornicar? n.5, séance du 15 avril 1975, p.56.
6- Ibíd. Ornicar? N .5. séance du 13 mai 1975. p.66.
7- Ibíd. Ornicar? n.4, séance du 1 1 février 1975, p. 91- 100.
8- Ibíd. Ornicar? n.5. séance du 13 mai 1975 (fig. 7.), p. 57-66.
9- Lacan J., Séminaire Le Sinthorne, séance du 18 novembre 1975. Ornicar-?n.6. pag.3-11, et du 17 février 1976. Ornicar?-.n8, p. 14-20.
10- Ibíd .Joyce avec Lacan . séance du 18 novembre 1975 (fig. 8). Paris. Navarin éditeur.
11- Ibíd. Ornicar-? n.7. séance du 16 décembre 1975. p. 3-9.
12- Ibíd. Ornicar? n. 1 1, séance du 1 1 mai 1976, p. 3-9.
13- Ibíd. Ornicar?.n 6. séance du 18 novembre 1975, p. 9.
14- Ibíd. Ornicar?- n. 1 1. séance du 1 1 mai 1976, p. 7.
15- Ibíd. Ornicar?-. n.6, séance du 9 décembre 1975. p.12-20.
16- Ibíd. Ornicar? n.7, seance du 13 jativier 1976. p. 15.
17- Ibid. Ornicar? n.8. séaiice du 10 fevrier 1976. p. 5-13.
18- Ibíd. Ornicar? n.8. séance du 17 février 1976. p. 5-13.
19- Lacan J.. Joyce avec Lacan, "Joyce le symptome 1'', op. cit., p.22.
20- Lacan J.. Ornicar? n.S8 Séminaire Le Sinthome, séance du 10 février, p. 13.