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RedAcción
Número 10
 
La admisión en red - Una propuesta

Por Alejandra Antuña

La Red Asistencial responde a una política de Escuela, la de la extensión de la práctica de orientación lacaniana en la comunidad, y se ofrece en la misma como lugar de atención de consultas y de posibles tratamientos para los padecimientos subjetivos. El propósito es su inserción en la ciudad en la que proliferan las más diversas ofertas terapéuticas. Aquel que es convocado por la oferta de la Red Asistencial se dirige en principio a ella y es recibido por un analista que la representa en lo que llamamos la entrevista de admisión. Esta tendrá efectos; pensar que no los habrá contraría los principios mismos del psicoanálisis. En primer lugar alojamos y damos lugar a la demanda de aquél que consulta y en el mejor de los casos, logramos "una transferencia con el psicoanálisis, es decir, la admisión del sujeto por el propio paciente, capaz de responder por su inconciente", tal como lo propone A. Sheinkestel en el Boletín de la Red. La entrevista de admisión no es necesariamente un obstáculo al tratamiento por venir.

Lo que sí considero un obstáculo, no para el tratamiento sino para el funcionamiento mismo de la Red es cierta exterioridad, cierto desentendimiento en relación a la Red Asistencial que se produce en los analistas a los que son derivados estos sujetos. Si bien es necesario que el lazo al significante "red asistencial" caiga para el sujeto por la lógica misma de la cura, esto no implica que le ocurra lo mismo a los analistas que a través de ella tienen la responsabilidad de sostener una política. Creo que –y he aquí la propuesta- si la admisión fuera realizada por cada uno de los analistas de la red y no sólo por un grupo de admisores, esto propiciaría que ese desentendimiento no se produjera. Por un instante, en ese primer encuentro, tendríamos que representar a la Red Asistencial frente a aquél que demanda algo de ella. Sería de esperar que esto implicara también la responsabilidad de dar cuenta de lo que allí sucede en otro lugar. Que la función de la admisión sea tomada por el analista que posiblemente sostenga la dirección de esa cura, evita la sospecha –que es siempre un buen refugio para no responsabilizarse- que recae inevitablemente sobre aquellos que la realizan. Devuelve además su estatuto a la derivación en caso de tener que hacerla, ya que podrá ser efectuada según criterios transferenciales y no siguiendo el orden preestablecido de una lista; solución actual para evitar una de las caras de la sospecha.