14 de Mayo de 2014 | 21:00 hs.
Jacques-Alain Miller en el teatro Sorano
(Video subtitulado)

Reseña de Paula Husni

La Noche Una
Bien podría haber sido la presentación del libro "Una semana de Vacaciones", de Christine Angot, quien ha invitado a J.-A. Miller ese 18 de Abril al teatro Sorano, en Toulose. Frente a su entusiasmo, su vibración y esa "voz habitada por una exigencia que no acepta transacciones", "no quise decir que no", confiesa. Efectivamente las marcas de la novela, se han enlazado y entrecruzado con la transmisión de un psicoanálisis a la altura de la época. Su JAM session, como la bautizó, se ha hecho eco de aquel entusiasmo y ha acompañado vibraciones en un juego de notas y contranotas entablando un clima acompasado donde el azar de la improvisación ha hecho de éste, un encuentro único, irrepetible y, en este caso, inolvidable.

Tal como el hilo de Ariadna, la novela de C. Angot es tomada para delinear el hueso que lo imprevisto bordea: "El libro pone al descubierto porqué no podemos más con el padre. El padre es la herida y el cuchillo."

En una parábola precisa, J.- A. Miller sitúa el Nombre del Padre en el punto de partida lacaniano, para hacer una torsión en el Seminario 6, donde la dirección es el deseo, que escapa a cualquier intento de dominarlo: "Si el deseo no es reconocido se vuelve un verdugo", sanciona. Distinguiendo la posición del perverso a quien sólo le interesa la fijeza de su goce. Y resituando el Edipo ya no como una solución para el deseo sino como su cárcel. Hamlet "es un hijo que enferma justamente por la palabra del padre."

Las brújulas que indicaban hacia el padre, declinan ahora hacia la época de su salida. Si Freud fue un exponente de aquella época, Lacan lo introduce como un síntoma.

Mientras las preguntas giran en torno a la disolución del orden paterno, J.- A. Miller recupera la orientación de Lacan al recordar que nunca fue nostálgico respecto al Nombre del Padre. "¿Es el padre o lo peor?", se pregunta. Certero, orienta: "Si los analistas tienen que decir algo no es para detener la historia; es inevitable que el orden paterno esté desbancado."

Se refirió al matrimonio igualitario, reafirmando su posición a favor del mismo desde la lógica significante ya que, en tanto frente a la fijeza de los significantes las significaciones fluctúan, se trataría de la evolución del lenguaje en los impasses de la humanidad.

Para concluir nos ha dejado algunas frases memorables: " Nuestra posición no es optimista, se trata de acompañar el movimiento mas que de oponerse en vano. Negar no es analítico. Si lo que viene después del padre es peor, no podemos evitarlo. Si uno quiere llorar, se puede llorar; se llora la infancia. Es un momento apasionante, soy optimista respecto a los goces intelectuales que vendrán."

J.- A. Miller ha acompañado cada nota en una puesta contundente; el eco de la vibración de sus palabras quedará sin duda resonando en el cuerpo de la Escuela y de cada quien.

Paula Husni