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Textos presentados
Comisión de Garantía

El AME: una nominación sin riesgo
Por Alicia Yacoi

"El analista no se autoriza más que de él mismo, eso va| de suyo. Poco le importa una garantía que mi Escuela le da bajo la cifra| irónica de AME", dice Lacan en la "Nota italiana",[1] a propósito de| un grupo que no puede proporcionar esa garantía. Sabemos que Lacan piensa el| pase como el momento en el que el analizante deviene analista. Pero, ¿cómo| ceñir ese momento, si tenemos en cuenta que también afirmó: "Si hay alguien que| se la pasa pasando el pase, ese soy yo?"[2] Tal aseveración indica que| un analista no se produce de una vez y para siempre, es decir que Lacan considera| un tiempo vinculado con la repetición, y que esto mismo implica una| temporalidad diferente a la judeo cristiana, de la cual, a veces el mismo| psicoanálisis no termina de liberarse. ¿No llama acaso Miller "pastoral" a la| pretensión de que lo simbólico capturase lo real dándole a esta pretensión un| carácter religioso?

Precisemos: el analista no se produce por si mismo ya que| más bien es producido y cada vez, es decir nunca de manera consumada. Respecto| a su propio análisis, pasándosela pasar el pase. Respecto a sus analizantes,| surgiendo como efecto de las consecuencias de su acto que siempre y a| posteriori lo producen, y nunca para siempre. No hay garantía que selle de una| vez y para siempre al analista, la|| Escuela garantiza que el analista que se autoriza de él mismo| ha surgido de su formación. Es el fantasma el que como axioma nos conduce a| esperar lo prefigurado por su molde, "es un fantasma –dice Millar– creer que la| palabra hace la cosa, que lo simbólico sea adecuado a lo real […], simbólico| sólo está asociado a lo real por el fantasma, en tanto sugestión de lo| imaginario".[3]

Estos principios son los que sostienen que la nominación| AME sea una cifra irónica. La ironía se opone a la pastoral y al sacramento| pero también al cinismo. El cinismo rechaza el semblante mientras que la ironía| no lo desacredita sino que lo acredita en su condición de agujereado por lo| real. La ironía socrática prolegómeno de la mayéutica se funda en que la| palabra no dice la esencia de la cosa de ahí el desarrollo del diálogo, la| ironía socrática lo causa. Dije antes que la ironía se opone al sacramento ya| que este apuntaría a tener un valor real y no de semblante. Miller exclama: "¡qué| lindo sería que el pase no fuera un sacramento!"[4] Y agrega: "si lo| digo de esta forma irónica, es porque estalla la evidencia de lo que hace del| pase un sacramento". Y en lo relativo al AME podríamos parafraseándolo decir: ¡qué| lindo sería que el AME no fuese el oropel del analista consagrado¡ ¡Qué lindo| sería que a los AE les correspondiese como afirma Lacan "el deber de la| institución interna que somete a una crítica permanente la autorización de los| mejores". ¡El analista se autoriza por su acto que tampoco es suyo ya que se| mide por las consecuencias. Hay horror al acto, por estructura, acaso la ironía| tiene la función de recordarlo.

En sus últimos seminarios Lacan se refiere a un tiempo| real, un tiempo no es el simbólico que es el tiempo contado, numeral izado,| tampoco es el imaginario, que es el tiempo vivido, sino el tiempo como real, es| decir el tiempo que se opone al para| siempre.La Escuela de Lacan: un concepto fundamental
Miller nos propone[1] un trabajo con el rigor de la elección forzada: o la Escuela fue una solución de emergencia frente a su excomunión por parte de la IPA o es un concepto fundamental y, como tal, está concernida por lo real.

O es un agrupamiento o es un lazo que como cualquier otro está en lugar de la relación sexual que no existe.

Aislemos el valor de estructura del relato de la Fundación: comienza con una voz en un grabador, y se hace oír un: "fundo". No sólo se trata de la topología del objeto pulsional, prestamos nuestra voz, pero el decir no es la voz, el decir es un acto. Agrega una dimensión real. [2]

La Escuela de Lacan se construyó en dos tiempos. El Acto de Fundación fue para los que estaban dispuestos a seguirlo en su enseñanza dirigida a la reconquista del campo freudiano. Trabajadores todos iguales.

En un segundo tiempo la Proposición del Pase, introducía el problema de la garantía, se pasó de la igualdad a la desigualdad entre AE y miembros. No sin consecuencias, de hecho fueron los analistas más notables los que hicieron objeción al Pase.

Fue el manifiesto comunista de Lacan. Hacia las sociedades analíticas fue un: le dicen a Lacan que atenta contra las bases del psicoanálisis y son ustedes los que, al confundir saber y poder, se alejan de los fundamentos.

Hacia la ECF introduce la desigualdad en la comunidad de trabajadores.

En la EOL no hubo dos tiempos, fundación y garantías fueron simultáneas. Si bien los grupos que la fundaron acordaron que eran AME aquellos cuya trayectoria era reconocida, Cartel del Pase y Garantía AME funcionaron desde el inicio.

La definición de la garantía es la de ser autorizado por otros, pone en tensión la relación entre saber y poder.

La Garantía AME
Si bien el todos iguales funciona sólo para el pedido de Pase, y el AME introdujo la desigualdad de entrada, creo que las consecuencias de la existencia de los órganos de la Garantía se hicieron patentes sobre todo en dos oportunidades.

Con respecto a la conformación del Cartel del Pase, cuando la función de poder devino poder de Asamblea. Ocasionó la suspensión del dispositivo por un tiempo.

La segunda ocasión cuando los Carteles del Pase pasaron a estar integrados por AE y no por AME elegidos por el conjunto de los miembros.

Un antes y un después que supuso un franqueamiento.

¿Nominación sin riesgo?
En la nominación de AE se acentúa la dimensión de apuesta, el caso que cada uno es reinventando el psicoanálisis. Al AME se lo reconoce por las pruebas que ya ha dado. ¿Se elimina la dimensión de apuesta?

Respecto de dichas pruebas acentuaré tres puntos: suscitar transferencia hacia el psicoanálisis de la orientación lacaniana, la EOL y la AMP.

Lacan nos recuerda que a pesar que él se dirigía a los psicoanalistas en su seminario, su discurso era público,[3] y nos daba pistas de cómo se opera en esa coordenada: nombrar, definir la discordancia entre saber y poder.

El segundo punto, dar cuenta de los efectos de su clínica. El AME puede designar pasador. En las coordenadas actuales se circunscribe a los que han participado de los carteles del Pase, pero creo, es necesario darle menos peso a lo coyuntural y más a la factibilidad.

El último punto que no está separado de los dos anteriores: ser portador de una enunciación deseante en la transmisión.

Una enunciación deseante en psicoanálisis se verifica por el esfuerzo de interrogar el estatuto del Otro y articularlo como marcado por una barra, el abordaje que me pareció preciso es: hay una tensión entre saber y poder.

Es el reverso del mito de la armonía entre saber y poder,3 es decir que saber y poder son equivalentes.

Tanto Freud como Lacan testimonian de su esfuerzo en situar esta tensión como disyunción.

Lacan llama Imperio a la equivalencia entre saber y poder, haciéndolo valer no sólo para el Otro social sino para el saber en psicoanálisis.3

El psicoanálisis como invención puso en valor el saber inconsciente, un saber que no da poder.

Hace falta en la enunciación del AME, lo que Lacan llama un "viraje esencial": situar la disyunción entre saber y poder conlleva una renovación en la forma de transmisión.

¿Cómo se inscribe ese viraje esencial? Freud operó leyendo esa disyunción en los síntomas, poniendo en valor los impasses antes que los colmamientos.

Lacan continúa la lectura de ese discurso, que es más instructivo, dice, "en sus insuficiencias que en su maestría".

Es poner en ejercicio un discurso que, "si no al día, por lo menos no esté demasiado a remolque".

 
 

Notas

  1. Miller, J.-A., El Banquete de los analistas, capítulos XII y XII.
  2. Lacan, J., "El seminario 21. RSI", clase del 18-3-75 (inédito).
  3. Lacan, J., "Saber poder", en El Seminario, libro 16. De un Otro al otro, Buenos Aires, Paidós.