XVIII Jornadas Nacionales de Carteles "Quejas del Síntoma-Satisfacción del Fantasma" | ||||||||||||||||||||
26 de Septiembre del 2009 A realizase en la sede de la EOL, Callao 1033 5° piso. Bs As
Entrega de trabajos, posters y anzuelos: Hasta el 10 de septiembre La queja constituye laprimera modalidad de la demanda dirigida al analista. La misma concierne alsufrimiento que le genera al sujeto una coyuntura en la que se encuentraatrapado y que se ha tornado insoportable. Encrucijada particular, ya que elsufrimiento puede a veces tomar la forma de un sacrificio que asegura un lugaren el Otro y justifica la existencia. La queja se refiere alpadecimiento del cual el paciente espera ser liberado, lo cuál no quiere decirque esté dispuesto a cambiar algo o a admitir alguna implicación en el mismo. Elsujeto habla de sus síntomas, que eventualmente pueden estar encarnados en unpartenaire y por el solo hecho de hacerlo encuentra un alivio. Constatamos entoncesun primer efecto terapéutico cuando la queja encuentra un alojamiento. Sinembargo, como lo recuerda J.A. Miller "El sujeto habla mucho de su síntoma paralamentarse de él. A través de su fantasma en cambio, obtiene placer, es unconsuelo contra su síntoma, del cuál no se habla en el análisis" [1] La dimensión del fantasmaintroduce una dimensión ética en la práctica analítica, porque si el síntoma serefiere a la terapéutica, el fantasma concierne al deseo del analista. Unanálisis se orienta más allá de la homeostasis y el bienestar. Sin duda, esta perspectivasupone una concepción y un manejo de la transferencia que cuestiona el poder terapéuticode la sugestión.Freud constató suengañosa eficacia en los inicios de su práctica al enfrentarse con laprecariedad de los efectos terapéuticos obtenidos. Como lo desarrolla en"Psicología de las masas y análisis del Yo",[2] el poder de la hipnosis se basa en la influencia ejercida por quién se ubica enun lugar de autoridad, especulando con lo que denomina "sed de sometimiento".El secreto de su poder se basa en la puesta en juego de un elemento ominoso,ligado a algo antiguo y familiar que cayó bajo la represión. La concepción y el empleo que el analista hace de latransferencia lo lleva a una dimensión ética, por la que puede diferenciar supraxis de otras disciplinas que tratan los síntomas por la palabra. Es en esta encrucijada en la que se juega la diferencia entrepsicoterapia y psicoanálisis. La primera especula con la proliferación desentido que promueve el enigma y con la restauración de las identificacionesdel sujeto, lo que sólo es posible a partir del reforzamiento mismo de larepresión y de la exclusión de la singularidad del goce del síntoma. En estaocasión tendremos la oportunidad de interrogar nuestro modo de respuesta a lasdemandas que recibimos, tanto en los consultorios particulares, como en losdiversos ámbitos institucionales en los que los analistas se desempeñan. Porotra parte, podremos ocuparnos de los temas que conciernen a la formación delos analistas, de sus dispositivos específicos y de los diversos efectos quemarcan el recorrido de cada practicante del psicoanálisis. |
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Temas propuestos | ||||||||||||||||||||
Respuestas a la queja | ||||||||||||||||||||
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La práctica analítica en la ciudad | ||||||||||||||||||||
La queja en las estructuras clínicas | ||||||||||||||||||||
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Las quejas contemporáneas | ||||||||||||||||||||
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La formación analítica | ||||||||||||||||||||
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Secretario de Carteles: Daniel Millas |
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Notas | ||||||||||||||||||||
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