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Trauma

La serie, lo serio

Huellas del Trauma

Trauma, ¿problema u oportunidad?[1]
Daiana Soledad Romero

En el discurso corriente “trauma” es un hecho negativo que provoca una impresión intensa cuyos efectos tardan en ser superados. Ahora bien, ¿qué entendemos por trauma en el psicoanálisis de orientación lacaniana? ¿Apunta nuestra intervención a su elaboración? ¿Podemos obtener de él algún uso? Freud acuña el término para dar cuenta de la causa de los síntomas y utiliza, luego, ese concepto para explicar la repetición del padecimiento sufrido, ligado al fracaso del principio del placer y a la pulsión de muerte. Nos serviremos del caso Dora de Freud y de algunos conceptos de Lacan para pensar algunas cuestiones sobre el trauma.

En 1901 Freud se encuentra a medio camino entre la teoría traumática y el papel de la fantasía en la formación de los síntomas. Por eso, al recibir a Dora le pide buscar en sus recuerdos. Ella aporta dos escenas: la del beso y la del lago. La primera pone, claramente, en juego un “excedente sexual”[2]. En cambio, la conmoción que le causa la segunda es efecto de las palabras que escucha. Sin embargo, detrás de la escena aparece la problemática histérica ligada al no saber sobre el sexo. Dora responde a lo que no cesa de no escribirse con sus síntomas, principalmente el de “la tos”, sostenido por un fantasma que dice anticipadamente qué es una mujer.

Tomando en cuenta el vínculo que Lacan establece en el Seminario 21 entre “trauma” y “agujero”[3] decimos que: 1. El síntoma responde en el lugar del agujero estructural fijando un goce; 2. El ser hablante goza de su síntoma –aunque algún partenaire podría encarnar ese lugar, lo que Dora no consiente; 3. El síntoma letra se recubre de sentidos edípicos que van dando forma al fantasma; 4. La sexualidad es siempre traumática porque no hay complemento para el goce del “uno”; 5. Solo sabemos del trauma a partir una contingencia que, por tocar una marca de goce del sujeto, conlleva un exceso que quiebra los velos y despierta desarticulando el cuerpo.

La neurosis responde al trauma con creaciones propias y no necesita para ello a un analista. No obstante, un análisis brinda a un parlêtre la posibilidad de relatar tanto lo que a lo largo de su vida constituyó “trauma” como aquello que de las intervenciones lo “traumatiza”, y en la singularidad de ese decir ubicar la forma propia de hacer frente a lo real. Ahora bien, podemos favorecer el saber inconsciente y sus fantasmas o tomar la oportunidad que nos ofrece y, guiándonos por la lógica del “no todo”, intentar bordear algo de lo imposible de escribir, apostando al lanzamiento de nuevas invenciones, esta vez, menos mortíferas y más acordes a la vida.

BIBLIOGRAFÍA

  • Freud, S., "Fragmento de análisis de un caso de histeria", Obras Completas, T. XVIII, Bs. As.: Amorrortu, 2003.

NOTAS

  1. Cartel: “Crisis, trauma y acontecimiento traumático”. Cartelizantes: Buendia Zulema, Muller Cristina, Romero Daiana y Castagnoli Marcelo. Más Uno: Soria Nieves.
  2. Freud, S., "Carta 46", Obras Completas, p. 270, Bs. As.: Amorrortu, 2003.
  3. Lacan, J., El Seminario 21, Les Non- dupes Errent ó Les Noms du Pére (1973- 1974), p. 102, inédito.