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Noches de Política Lacaniana
Reseña de la noche del 23 de abril el 2002

- Mirta Nakkache Reseña de la noche del 23 de abril el 2002- Participantes: G. Brodsky, M. Goldenberg y R. Nepomiachi.

Damos a continuación una breve reseña de la noche que tuvo lugar el 23 de Abril de 2002 en la EOL y en la que participaron G. Brodsky, M. Goldenberg y R. Nepomiachi.

Mario Goldenberg abrió la actividad afirmando que es crucial para la EOL tener una Noche de Política lacaniana. La política está en la formación del analista, en la dirección de la cura, en la apuesta del pase y en la comunidad paradojal que es la Escuela de Lacan; una comunidad de soledades respecto de la causa, que es a la vez con otros e implica la responsabilidad del porvenir del psicoanálisis.

Mencionó el llamado por J.-A. Miller “Principio de Horacio” –referido al decir de Horacio Etchegoyen–: “ningún grupo puede arrogarse la representación total del Psicoanálisis”, para subrayar que ello no nos impide hacernos cargo del futuro de la causa analítica.

Propuso como parte del debate de estas noches la cuestión planteada por J.-A. Miller en la “Teoría de Turín”: subjetivar la Escuela. Este es un aspecto de la responsabilidad del psicoanalista, ser miembro de la Escuela en la soledad de la propia relación con ella y hacer de la misma un sujeto barrado, determinado por los significantes de los cuales es efecto.

Se trata de estar a la altura del psicoanálisis en la Argentina, de cómo nos posicionamos ante la grave situación del país, señalando qué sería auspicioso que la EOL como sujeto se pregunte por su inserción social en los diversos ámbitos de la comunidad.

Ricardo Nepomiachi, por su parte, nos informó que no habrá, para estas noches, un programa estricto, sino que quedará abierto a las contingencias.

Según su opinión, esta conjunción de política y psicoanálisis nos remite a la política redefinida desde la ética. De aquello que pasa del Uno por Uno a lo colectivo. Propuso ubicar aquí nuestros debates. Se refirió a lo que J.-A. Miller calificó en un artículo del 18 de mayo de 2000, como la doctrina secreta de la Escuela de Lacan. Se hace mención allí a la Escuela como experiencia inaugural, experiencia no de los miembros en la Escuela, sino de la Escuela como experiencia en la que hay que reconocer un sujeto, como en la experiencia analítica, efecto de significantes a los que hay que entender como un acto de interpretación. Concluye que por ello la Escuela requiere AE, analistas de esa experiencia.

Un sujeto que está determinado por el acto de la interpretación y el pivote de la transferencia en su vertiente epistémica y agalmática, es lo que podría permitirnos seguir avanzando en la elaboración de nuestra posición en el movimiento analítico.

Graciela Brodsky tomó dos ejes para su exposición: la Escuela como sujeto y la cuestión del psicoanálisis aplicado. Su desarrollo comprendió tres puntos: 1º el analista como función, cuyo marco fue la pregunta ¿qué es un analista?, 2º el desplazamiento de discurso y 3º la cuestión del ser.

La pregunta que planteó fue ¿un analista es cuestión de función o de ser? Nos ofreció al debate lo siguiente: si se considera al analista como dependiendo de un discurso, el analista encarnado cambia de valor según el discurso en el cual está funcionando. Uno queda atrapado por el discurso al cual sirve más allá de las intenciones. Mencionando a Lacan dijo: “uno siempre paga el precio de donde uno se mete, sólo se trata de saber qué es lo que se está dispuesto a sacrificar por cierto objetivo, por cierto acto”.

1º ¿Cuál es el precio que paga el analista cuando se inserta en otro discurso? 2º ¿Cuál es el precio que paga el psicoanálisis cuando se agrega a otros discursos? Si se paga el precio, ¿cuál es la ganancia que obtiene el psicoanálisis?.

Nos recordó que no hay progreso de discurso, hay desplazamiento, pero ¿cuál es el resorte del pasaje de un discurso al otro? y ¿qué tipo de ganancia puede tener el acceder a ciertos lugares? Cada discurso incluye el agujero que habita la estructura, por eso uno no está completamente prisionero en cada uno de los discursos y la ganancia puede ser la extensión del psicoanálisis.

A las exposiciones siguió un caluroso debate animado por las interesantes intervenciones de los concurrentes.

Mirta Nakkache