Jacques-Alain Miller on line |
29-06-2017 |
JAM sobre Lautréamont-Extracto de « Crónica del Año Cero (1) » publicada en LQ Nº 721 |
Paso a la política en acto en el Campo freudiano. Esta me asegura que no soy el tirano de ese Campo, porque de ahora en más está en vías de estar hecha para todos, o al menos para muchos. Pienso en Lautréamont: "La poesía debe ser hecha para todos. No para uno" [1] Agregar: como la política. Este agregado ¿es ducassiano? Sí, si se trata de Ur-política (en el sentido en que Umberto Eco habla de Ur-fascismo). Juzgen ustedes: "La poesía debe tener como meta la verdad práctica. Enuncia las relaciones que existen entre los primeros principios y las verdades secundarias de la vida. Cada cosa permanece en su lugar. La misión de la poesía es difícil. No se mezcla con los acontecimientos de la política, a la manera en que se gobierna un pueblo, no hace alusión a los períodos históricos, a los golpes de estado, a los regicidios, a las intrigas de las cortes. No habla de las luchas que el hombre emprende, por excepción, con él mismo, con sus pasiones. Descubre las leyes que hacen vivir la política teórica, la paz universal, las refutaciones de Maquiavelo, los cornetes de Proudhon, la psicología de la humanidad. Un poeta debe ser más útil que ningún ciudadano de su tribu" [2]. No he leído ese texto desde hace lustros. Me impresiona. No me resulta inmediatamente límpido. No me gustaría estar en desacuerdo con el genial uruguayo, y no es propio de Saint-Germain-des-Prés. Yo sé: voy a ponerme a trabajar en el programa del seminario del 24 de junio, "Poesía y política". ¡Pero por supuesto! Todos los libros de Paul Bénichou podrían inscribirse en esta rúbrica. ¡Y después...Milton! Le Chateaubriand de Fumaroli. Clémenceau mismo, antes de ronronear con su Alsaciana, decía (¡Rápido, wiki!): "Poesía y música son las supremas delicias de las cosas." |
Traducción: Silvia Baudini NOTAS
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