Jacques-Alain Miller on line |
30-06-2017 |
Crónica del Año Cero (5)- Jacques -Alain Miller |
París, 20 de junio de 2017 LIBÉRATION: Joffrin está en un buen período. Sigue de cerca la instalación del nuevo poder. Pasamos, dice, del reino de la ENA [Escuela Nacional de Administración] al de la ESSEC [Escuela Superior de Ciencias Económicas y Comerciales], dominado por "el espíritu gerencial". Ve en el macronismo un avatar del saint-simonismo. DESAFÍOS: Pierre Cahuc es el coautor del incendiario Le Négationnisme économique [El negacionismo económico], que el año pasado dio que hablar por acribillar a los economistas contestatarios, en ruptura con la dóxa cientificista de la corporación. Él firma una robusta opinión intitulada: "Pourquoi la réforme du Code du travail doit être radicale" [Por qué la reforma del Código Laboral debe ser radical]. Sí, ¿por qué? Porque "la investigación experimental en economía" y el ejemplo alemán convergen en predicar a los franceses las virtudes del mismo remedio de caballo, capaz de derrotar el desempleo mediante "la creación de nuevos trabajos para los menos calificados", i.e. "la explosión del número de empleos precarios". Poco importa, dice Cahuc, ya que los trabajos de Andrew Clarke y Claudia Senik demuestran una correlación fuerte entre el descenso de la tasa de desempleo y la satisfacción de las poblaciones expresada por medio de sondeos. ¿El remedio? "El descenso del costo de la mano de obra", "la descentralización de las negociaciones entre sindicatos y patronales en el nivel de las empresas". La única cuestión es saber si el caballo estará de acuerdo. NEW YORK TIMES: la elección de Trump decidió a un escritor y a un joven director teatral, Macmillan e Icke, a montar en Broadway el 1984 de Orwell. Su adaptación se basa en el apéndice del libro, "The Principles of Newspeak", que explica cómo se controla la realidad controlando el lenguaje. "You can't trust the written word", resume Macmillan. El espectáculo comenzará el jueves. Por otro lado, una redactora de The Nation de 29 años, Sarah Leonard, explica "Why young voters love old socialists", gente como Jeremy Corbyn y Bernie Sanders. Será el primer artículo que guardaré en el dossier que abro: "Pensar a izquierda". L'HUMANITÉ titula su portada "29 diputados de combate para oponerse a los proyectos Macron". Son los elegidos por el Partido Comunista y por Francia Insumisa, que tal vez logren entenderse para formar un grupo en el seno de la Asamblea. Por lo demás, puede leerse en ese número un bonito artículo, bien escrito, irrefutable, de Lola Ruscio, "Les classes supérieures confisquent la représentation nationale" [Las clases superiores confiscan la representación nacional]. Ella escribe: "Los diputados no incluyen a ningún obrero". Es verdad, la segregación de clase llegó al colmo. Pero… resulta que entre los 29 combatientes comunistas y mélenchonianos no hay ni un obrero. Que no los haya en la derecha, es lo normal. Que no los haya entre los socialistas, no es sorpresa: hace tiempo, ellos viraron hacia la derecha. Si hay sorpresa, es que no los haya entre los cocos y los mémés. Es lo que deberías explicarnos en tu próximo artículo, Lola Ruscio. ¿Por qué la izquierda radical resulta incapaz de asegurar la promoción proletaria, a diferencia del Partido de la gran época, cuando era staliniano y luego neostaliniano? LA REPUBBLICA fue tras Anthony Giddens, el inventor de la Tercera Vía. Trump es para él "a blessing in disguise" (fórmula mía): "La Brexit e Trump potrebbero spingere l'Europa, sotto la spinta di Macron e Merkel, a fare le riforme necessarie ad assumere un maggior ruolo e maggiori responsabilità a livello globale. […] L'Europa potrebbe anzi dovrebbe contare di più nel mondo, fare da contrappeso alla crescente influenza della Cina". LE MONDE anuncia en primera página que sobre las consecuencias de la "hegemonía" de E. Macron, "debaten algunos intelectuales". Voy, según se indica, a las páginas 22 a 24. ¿Por qué será que no tengo ganas de leer nada? ¿Se debe a las personas elegidas? Es más bien la inepta titulación. Tres de esos títulos son ecos de clichés: "La nueva traición de los intelectuales" (Julien Benda); "No se nace diputado, se llega a serlo" (Lazare Carnot); "Un déspota ilustrado" (todo el mundo). Bostezamos ante los otros dos, como cien veces leídos: "La 5ª República sigue siendo profundamente sexista"; "Reparlamentarizar nuestra democracia". Y, para finalizar, el piadoso anhelo de Charles Fiterman: "La izquierda renacerá". Supongo que hay un público para leer eso. Sólo hablo por mí. A fin de cuentas, conocemos la orden de Beuve-Méry, antaño, a sus periodistas: "Fastidien". En el suplemento Debates, la cumplen. O tal vez el problema venga de más lejos: de lo que, en Marianne, Julliard llama cruelmente el "coma mental" de la izquierda. Dicho sea de paso, no lo reclutó como cronista Le Monde, sino Le Figaro. LE FIGARO da la palabra, a toda página, al cardenal Poupard, quien representará al papa en el séptimo centenario del papado en Avignon. Es fantástico. Me encantó su narración histórica y su estilo marcado por un espíritu de delicadeza que le permite, por ejemplo, encontrar un modo de decir tal como éste: "Los lazos milenarios tejidos entre el Vaticano y Francia a través de connivencias e incomprensiones están marcados por una gran continuidad". ¿Quién sabe hablar así hoy en día? |
Traducción: Gerardo Arenas |