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Diario de las Jornadas - N° 08
Viernes 11 de septiembre 2009

JACQUES-ALAIN MILLER: NUEVOS PROYECTOS PARA LAS JORNADAS

Los títulos son provisorios
Antoni Vicens: En el peor de los casos
Rose-Marie Bognar: La pupila de la Nación
Armelle Guivarch: Había una vez
Rose-Paule Vinciguerra: Autorizarse, pero dos veces
Francine Champion: Hija única de un padre muerto
Éric Zuliani: Una asunto de palabras cruzadas
Isabelle Rialet-Meneux: Clandestinamente
Jean-Pierre Klotz: Uno solo se encuetra si va allí
Philippe Hellebois: La biblioteca vacía
Erkaterina Ostaschenko: Tela de araña de mis amores
Lista establecida hoy a las à 03h.00.
Jacques-Alain Miller: Un nuevo concepto (continuación)
Ahora, el concepto de Carnaval, entonces implica que, incluso en Bahía, no es Carnaval todos los días – salvo en Venecia, por supuesto, pero cuando ya se perfilaba el final.
El Carnaval es la excepción –ella misma está reglada, instituida– confirmando, y haciendo soportable, la vuelta de las cosas instituidas. Es imposible hacer praxis, vida cotidiana, Escuela, de Carnaval y Farsa –puesto que el curso del tiempo, en el psicoanálisis sería más bien algo como Señora Inhibición y Señor Síntoma cantando la gran aria de Hiflosigkeit, con la Señorita Angustia en el piano–. Es por ello que, el día llamado deja-todo, no ignoremos la opereta. Es necesario –¡superyó!– entregarse a fondo a la samba.
Queridos colegas, tenemos el resto del año para conformarnos a lo que nuestro maestro Lacan llamaba los “melindres sociales” del psicoanálisis. No somos completamente libres, en efecto, de deshacernos de esos andrajos..
Es habitual interpretar el papel en el registro liso y tristón. Numerosos colegas en este país son incluso francamente amargados, a veces monstruos fríos, especialmente morosos, arpías, o las mona lisa, ociosos que están de vuelta de todo, y los que desinflan los ideales, feroces pequeños comerciantes de transferencias, mostrando los dientes para proteger privilegios y prebendas. ¡Pero qué! Es el “saldo cínico” del análisis, quien quiere eso. El lógico de la Escuela da al menos más libertad a la actitud. Es lo que es, para decirlo simplemente, del sesenta y ocho, forjado por la generación del baby-boom.
Esta, en todas partes, tiene mucha dificultad en pasar el testimonio a las generaciones que la siguieron, bajo pretexto que no encontrarían allí el impulso que le dio su empuje, su seguridad, su arrogancia, su coraje, su brío, su chutzpah, y su resistencia también, de la que da testimonio los recientes sucesos de un Cohn-Bendit, por ejemplo, ¡somos infatigables! ¡Papy todavía carbura! Y nosotros florecemos en la burla de los semblantes. Por eso a esta generación le gustó tanto el psicoanálisis, que desnuda esos semblantes, incluido el suyo. Desnudar un semblante no ha impedido jamás a nadie prosperar en el…
Lo fastidioso, es que la generación del 68, no es más que por una vez. Y el encuentro con el Lacan de carne y hueso, es Nevermore –hasta el Juicio final–. El inconciente, que no conoce el tiempo, tiene dificultad, lo hemos visto, en hacerse a la idea.
Nuestras Jornadas, al menos estas, están hechas para que algo que comprimimos el resto del año.se destape.
 Incluso “un hombre maduro, señala Freud en el Witz (cuando) se encuentra con otros hombres en un congreso científico, y se siente nuevamente como un alumno que está aprendiendo, necesita que a la salida de la sesión, tenga lugar la Kneipzeitung, que deforma hasta el absurdo los conocimientos recientemente adquiridos, para recompensarlo de la inhibición de pensamiento que vino recientemente a agregarse a las otras”. Se sientan en el Café du Commerce para contarse chistes, hacerse los no incautos, y burlarse de los peces gordos. Es el momento carnavalesco.
Y bien, puesto que nosotros estamos en esto, conocemos la lógica o la física, la represión, es hacemos un congreso de este Kneipzeitung.
En ninguna parte es más necesario que allí donde se trata de saber cómo uno ha llegado a decirse analista. Allí donde eso era, en la institución, y por estructura, precaución, desconfianza, intimidación, infatuación (y secreto sentimiento de impostura), pura parada, crispación sobre posiciones adquiridas, allí debe advenir la ganancia de placer, el Lustgewinn, el plus de gozar, tomado en el Unsinn (sin sentido) y en el Witz.
No es el Baile en la Opera, puesto que se desenmascaran, por el contrario. Sí, uno se quita su rostro humano, amable y civilizado, para mostrarse como el raro Animal-sinthoma que se es – por ejemplo, un león, una hiena, un gran buitre blanco, o un mono albino. Para decirlo groseramente al estilo André Breton a los 26 años, “prefiero la existencia agitada de cualquier putita al sueño de Hegel sobre sus laureles”. Ese es el espíritu del psicoanálisis. El Baile en la Operación verdad, finalmente.
“¿Es razonable?” pregunta en mí una voz. “No solo es razonable, sino prudente” le retruca con estruendo otra voz..
¿Se ha tomado en cuenta que estamos a comienzos del siglo XXI, y que la demanda que condiciona los melindres ya no es la misma? ¿Que “las fuerzas inhibidoras” y “la razón crítica” tienen de ahora en más plomo en las alas? ¿Qué Freud y los surrealistas no son de ahora en más menos clásicos que Racine y que Poussin? ¿Qué todo lo que estaba, por lo general, comprimido por debajo, rechazado en el margen, denigrado, pisoteado, vuelto socialmente invisible o impotente, tiene fuerte tendencia a retornar, por supuesto, pero esta vez con los aplausos y los vítores? Un presidente negro ocupa la Casa Blanca, mientras que un hijo de un inmigrante ilegal reemplaza al General De Gaulle. Horribile visu, Jeff Koons truena en Versaille, y el Louvre se muda a Abu Dhabi. Mektoub. En resumen, “¡Francia, tu café se las pica!”
Y luego, una dosis de sentido arriba y abajo regenera una institución – a falta de lo cual, esta se marchita, y revienta dulcemente por sus humores culpables

(Continuará)
Cartas y notas
Kristell Jeannot: La voz que sorprendió mi oreja ayer
La Vocis Bonitas de Agnès Aflalo se expresó ayer en France Culture para hacer escuchar la ética del psicoanálisis. Invitada por el programa "À plus d´un titre" en ocasión de la salida de su libro: “El asesinato fallido del psicoanálisis”, volvió sobre los acontecimientos que ensombrecieron el final de año 2003 (cf. La enmienda Accoyer & Co), y que condujeron al Campo freudiano a movilizarse frente al empuje peligroso de la evaluación higienista y del cientificismo cognitivo comportamental.
Conocemos la salida de esta batalla, pero es un placer al que no podemos resistirnos: el de escuchar narrar, por una voz ciertamente dulce y moderada, pero imperiosa y afilada, la denuncia de las calumniosas y erróneas palabras de los detractores del psicoanálisis, y la demostración que siguió, precisa y esclarecida, de la necesidad, vital para el mundo contemporáneo, que el psicoanálisis viva.
“El asesinato fallido del psicoanálisis”, por Agnes Aflalo, prefacio de Bernard-Henry Lévy, Éditions Cécile Defaut, junio 2009, 176p.

 
Traducción: Silvia Baudini