|
|
La serie, lo serio
El Trauma, el psicoanalista y su acto
El lugar del analista-trauma[1]
Esteban Pikiewicz
El nombre propio Freud, indisoluble del significante psicoanálisis, es acontecimiento/trauma desde inicio del siglo XX hasta hoy. Instituyente de una función y un lugar: nueva “profesión”, el psicoanalista, lugar-lector en/de la cultura como su partenaire; y en la neurosis, “en su interior (…) situado en su centro”, “en calidad de objeto”.[2]
El trauma es originario por ser hablante seres. Para Freud, primero, fáctico como escena sexual. Luego fantasía necesaria. Retomando dicha noción al final de su trabajo, como lo que es pura y absoluta pérdida. De allí que en Lacan será, Seminario XI mediante, un nombre de lo real. Para con su última enseñanza, decir que trauma es lalengua en tanto agujero, nuestro principio de No hay.
Ese “troumatisme” en la perspectiva de los nudos, reubica al analista como partenaire del trauma. “Recomenzando”[3] con La tercera, desde el lugar del calce I/S/R como objeto a, se funda el lugar y la oportunidad de su operatoria.
Porque si cualquier evento se vuelve traumático apres-coup, y vale como ello, el lugar del analista (que por silencio invita a que se hable) es sucedáneo del trauma en tanto causa la restitución de un sentido propio contra el sentido común. Este que hoy, está conglomerado en la noción de stress post-traumático. Allí, podría decirse, se acentúa el “lado” I/S del calce.
Pero también, dado lo repetitivo de la apelación al sentido por estar “enfermos” de él, promover en el límite, la elaboración del goce pulsional fálico, fuera del cuerpo. Y esto, diríase, más desde el “borde” S/R del calce; siendo “traumático” por reducir todo el sentido a una enunciación sin-sentido y singular.
Y más allá. Dado que “por su posición, reproduce la neurosis (…) [y] está en suma…” [4] en el lugar del inocente padre traumático. Lugar donde, “el analista en cuerpo, con toda la ambigüedad motivada por ese término”[5], presente y sin garantía de ello, es traumático. Porque puede incidir, “tocar”, hacer que se experimente algo de ese Otro goce fuera de sentido, no pulsional, que tiene que ver con la vida y el cuerpo. Y esto desde esa “cara” I/R del calce.
Son estos tres “lados”, sitios del calce, por el objeto a, que el lugar del analista se dibuja trauma. De una manera anudada. Según la oportunidad y la ocasión. Caso por caso.
Agradecemos la imagen a la artista Alicia Leloutre
NOTAS