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La serie, lo serio
El Trauma, el psicoanalista y su acto
Ética, política y efectos en el control[1]
Ivanna Ludmila Masso
Sin tiempo de historizar en el control también se deja leer un lapsus, un equívoco, un significante que se escapa por lalengua.
El efecto: la angustia, la pregunta: ¿Es el control parte del propio recorrido analítico? ¿Puede la lectura de la enunciación tocar lo real del cuerpo? Una indicación que acepte: del control al análisis y del análisis al control.
Desde los historiales clínicos de Freud, las presentaciones de enfermos de Lacan hasta aquellas de los grupos clínicos en las instituciones, casuística en el Instituto, algo de nuestra clínica se comparte para poder conversar con otros.
El control es individual, de uno, también elijo compartirlo con otros. Lo que permite conocer diferentes modos, orientaciones, tipos, estilos pero ¿hay una política y ética del control?
Ante todo, es un pilar de nuestra práctica y de nuestra formación e implica ciertas elecciones: el lugar de la transferencia de trabajo y también de los recortes que se hacen del caso: “La elección no puede pensarse sólo a nivel de idealidades, las elecciones están enraizadas en el cuerpo, en el goce del cuerpo (…) Lacan desarrolló una ética del psicoanálisis que conlleva que en la posición misma del analista hay una elección”.[2]
Elección-enunciación, el analista elige, se aleja de la neutralidad benevolente (2) que se le confirió en algún momento; siguiendo a Miller suponemos a un analista que no es indiferente porque tiene una ética.
Parafraseando a Eric Laurent[3]: El analista trauma, es una posición del psicoanalista que acepta tomar riesgos calculados, se da como meta “perturbar la defensa”, hacer “trauma”. Acepta ponerse en juego y sabe por la experiencia de un psicoanálisis llevado a su término, que no hay “orden simbólico”. Aquello de lo que testimonia el “desorden simbólico”, es de lo real de lalangue..
El analista trauma no es alguien que traumatiza con su palabra, sino que es trauma a sabiendas, es decir no cree en el bien. Y es el espacio de control como descontextualización[4]. la posibilidad de un aprendizaje del "poder de la palabra”[5] que la ubica en el campo creacionista: vale decir que la extrae de la rutina del sentido. Un buen refugio para formarse en la herejía. [6]
Agradecemos la imagen a la artista Alicia Leloutre
NOTAS