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Trauma

La serie, lo serio

Huellas del Trauma

El trauma en los orígenes [1]
Adriana Fanjul

Punto de partida no solo del sujeto, también del psicoanálisis.

Los primeros desarrollos freudianos datan del encuentro con la histeria; anudando sexualidad, trauma y causa. Operación en dos tiempos de naturaleza sexual, que por exceso o por defecto revela el carácter problemático de una sexualidad que cojea. Es en la conexión del T1 (suceso sexual en la infancia, marca indeleble y sin sentido) con el T2 (segunda escena que resignifica la primera) que se constituye el trauma genuino. Muy pronto Freud abandona la idea del suceso fáctico. En su lugar las fantasías, velos de una sexualidad precoz intolerable, le permiten pasar del trauma sexual a la sexualidad traumática, convertir lo inicialmente contingente en necesario y estructural. Perspectiva que alcanzará mayor desarrollo con el giro de los años ’20 cuando refiera el trauma a la exigencia pulsional. La pulsión de muerte, independientemente de las contingencias de la vida, vendrá al lugar de lo no asimilable. Punto irreductible, fijación al trauma[2] que revela su estructura de repetición y que, en un tiempo segundo, en el encuentro imprevisto que concierne al sujeto se vuelve extraño y disruptivo causando un desborde pulsional que conmueve aquello que permitía al sujeto ligar la pulsión. Actualización de una imposibilidad, insistencia del trauma.

Formulaciones que Lacan retomará en su última enseñanza, en los efectos del encuentro del viviente con lalengua: traumatismoagujero[3] de la no relación sexual del que se desprende un goce, un excedente singular intraducible. Agujero y excedente se anudan ratificando que en el plano sexual se avanza a los tumbos[4]. Solo resta inventar un truco[5], el de cada quien. La emergencia del trauma, despiadado y sin sentido, hace fallar el truco. El exceso de goce irrumpe y toca lo más íntimo del sujeto, conmoviendo la barrera del fantasma o la solución del síntoma. Así, el trauma se revela segundo respecto al traumatismo de lalengua en tanto deja ver que es ya una articulación fixional, una respuesta a ese encuentro inmemorial[6] con el no-hay. Dimensión constitutiva y absolutamente singular que determina lo que deviene traumático para cada quien.

Agradecemos la imagen a la artista Alicia Leloutre

NOTAS

  1. Cartel: El trauma en la clínica. Cartelizantes: Marcela Más, Valeria Casali, Paula Ferder, Adriana Fanjul. Más Uno: Luis Tudanca.
  2. Freud, S., “Moisés y la religión monoteísta”, Obras Completas T. 23, p. 72, Bs. As.: Amorrortu, 1992.
  3. Lacan, J.,: Seminario 21: Les non dupes errent, Clase del 19 de febrero de 1974, inédito.
  4. Miller, J.- A,. Causa y consentimiento, pp.. 138-140, Bs. As.: Paidós, 2019
  5. Óp. Cit. n° 2
  6. Gorostiza, L., El trauma y lo inconmensurable, Revista e-mariposa blogpost, https://cutt.ly/Hf1U1Xh