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Trauma

La serie, lo serio

Huellas del Trauma

Padre y Trauma[1]
Manuel Zlotnik

Tanto en el Seminario 19 como en el 22, Lacan pone en relación al padre con el trauma. En el seminario 19 “...O peor”[2] hace un juego de palabras homófono entre Pater familias y epater. El primero es el padre bueno, protector y responsable; por el contrario, epater significa en francés impactar o impresionar, es decir un costado del padre que no es una grata sorpresa por cierto; y Lacan aquí es categórico, el epater es la única función verdaderamente decisiva del padre.

Tres años después en el Seminario 22 RSI[3], cuando dice que un padre tiene derecho sobretodo al respeto cuando está pere-versamente orientado a una mujer objeto causa de su deseo, ubica nuevamente como antes al epater, la perversión del padre como única garantía de su función, sino hay verwerfung del Nombre del Padre, es decir no inscripción.

Para que subsista el Nombre del Padre como función de excepción, nadie debe ocupar su lugar[4]. Cuando un padre ocupa ese lugar -según Lacan- se produce la psicosis, por eso un padre debe cuidarse de ocupar el lugar del Nombre del Padre, a fin de dar lugar a la pere-versión que es la única garantía de la función del padre; es preciso que tenga una mujer como causa de su deseo, lo cual lo distinguirá del significante del Nombre del Padre que no desea nada en absoluto[5] .

Curioso y crucial detalle por cierto, lo impactante, lo perverso del padre y porqué no lo traumático del padre es lo que permite su inscripción en lo simbólico. El Nombre del Padre se puede inscribir a partir de lo vivo de los padres plurales de carne y hueso que paradójicamente se distinguen de él, con lo vivo por supuesto nos referimos a lo impactante, pere-verso y traumático, es decir la inscripción en lo simbólico se produce a partir de lo real.

Entonces, justamente lo que permite la inscripción es el trauma, la marca no es sin dolor, el traumatismo deja huellas, cicatrices, S1; la posibilidad del tratamiento de eso por el lado del saber es lo que nos enferma de sentido.

Pensar las cosas de esa manera nos lleva a ubicar al sentido como lo patológico y al trauma como lo necesario para el nacimiento de un sujeto.

Agradecemos la imagen a la artista Alicia Leloutre

NOTAS

  1. Cartel: “Trauma y consentimiento”. Cartelizantes: Paula R. Acquarone, Ana C. González, Mariela Yern, Manuel Zlotnik. Más Uno: Angélica Marchesini.
  2. Lacan, J., El Seminario Libro 19 ...O peor, p. 204, Bs. As.: Paidós., 2012.
  3. Lacan, J., El seminario libro 22 RSI, p. 107, Texto establecido por J.-A. Miller, clase del 21 de enero de 1975, Ornicar? Nº 3.
  4. Miller, J.A., Los signos del goce, p. 365, Bs. As.: Ed. Paidós, 1998
  5. ibidem.