La serie, lo serio

Huellas del Trauma

El trauma como elucubración de saber [1]
Marcela Molinari

El término trauma recorre toda la obra freudiana, y se puede distinguir dos momentos claves. En los inicios, en relación a la “vivencia sexual prematura”[2] como causa, marca que deja el episodio traumático vía el representante psíquico que entra en conexión asociativa y actúa retroactivamente. El trauma como lo perdido, lo irrecuperable que queda como marca. Posteriormente, Freud da un giro del término en 1920 con su Más allá del principio de placer como interna a la estructura, ya no se va a aludir a ningún acontecimiento sino que lo refiere a la exigencia pulsional, específicamente a la pulsión de muerte.

Lacan, en el Seminario1 Los escritos técnicos de Freud, comenta el caso del hombre de los lobos al hablar de represión y toma las teorizaciones de Freud en su Más allá…. Señala que el valor traumático no aparece en la observación sino años posteriores, es decir cuando puede alcanzar su significación junto a la aparición de un sueño de angustia. Lacan dará cuenta de que un acontecimiento toma su carácter de traumático cuando alcanza su realización simbólica, rompiendo la “homeostasis subjetivante”[3] orientada por el principio del placer.

Ya en los primeros escritos, Lacan vislumbraba lo que formaliza en su última enseñanza. El concepto de trauma gira hacia trouma, condensación entre trauma y agujero. El trauma como malentendido estructural efecto inevitable e irremediable de la irrupción del significante en el cuerpo, ese choque.

Queda claro que no es necesaria la guerra, el accidente o un capitán cruel para que algo devenga traumático, hay episodios mínimos, de poca trascendencia, desde una mirada hasta un sueño pero será decisivo para alguien donde encuentra ahí algo inesperado.

Entonces el trauma no viene de la realidad, sino que es aquello que irrumpe, extraño y alejado del sentido. Es el sujeto tejiendo alrededor del agujero cadenas significantes para abordar simbólicamente aquello que carece de sentido.

Todo esto fuera de sentido, hace hablar al sujeto que está traumatizado del malentendido y que confunde con los hechos de su historia lo traumático.

A lo imprevisto, el sujeto dará respuestas en términos de fantasma o síntoma alrededor del cual se organizó toda la vida, la modalidad de respuesta dependerá de la decisión y responsabilidad del sujeto neurótico. Insondable decisión que traumatiza y que determina su drama subjetivo, quedando claro el desplazamiento temprano entre la causación y la decisión que lo concierne.

Agradecemos la imagen a la artista Alicia Leloutre