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La serie, lo serio
Huellas del Trauma
¿Tenemos memoria?[1]
Pilar Ordóñez
Siempre que se revive imaginariamente una experiencia, hablamos de recuerdo encubridor. ¿Qué otra clase de recuerdos podría haber? Como afirma Lacan en El Seminario 4 un recuerdo no es la reproducción de una historia, un recuerdo es más bien una detención[2]. Una imagen detiene el acceso a lo que hay en el inconsciente. Los recuerdos encubridores suelen construirse bajo transferencia e imaginarizan una circunstancia en la que se podría situar la intromisión de un goce, pero no rememoran la causa del trauma. Conviene separar circunstancias y causa. El recuerdo pantalla bloquea justamente la causa del trauma que está a nivel del parásito del lenguaje. Según Freud, el bloqueo se verifica en algunas características: estos recuerdos se parecen a los sueños en el sentido que presentan escenas muy plásticas, como montadas en un escenario. Se pueden describir de manera visual. En estas escenas aparece generalmente “la persona infantil con sus bien definidos contornos y sus vestidos Esta circunstancia tiene que sorprendernos, pues los adultos no ven ya la imagen de su persona en el recuerdo de sucesos posteriores.”[3]
En El Seminario 23 se pregunta “¿Tenemos una memoria?”[4] Y agrega, ya sea si decimos que la tenemos o imaginamos que la tenemos. ¿La memoria es lo que se dice como recuerdo o lo imaginarizado en él? Finalmente a ese creer (creer en lo que la memoria reproduce) le va a oponer el crear. Creamos nuestra lengua, la lengua que efectivamente hablamos, y con ella creamos nuestros recuerdos.
Cuando Freud vuelve a ver a Juanito (ya con 19 años) y le muestran el historial, este no reconoce su historia en ese material. No hay recuerdos de lo que le ocurría. No se trata entonces de “reintegrar fragmentos de historia”, “conquistar elementos del olvido”, ni de un “levantamiento eficaz de la amnesia”. Sin embargo, Lacan en El Seminario 4 pide atención sobre algo que Juan dice “es muy posible que esto tenga relación conmigo” es algo referido a su hermana. Agrega Lacan que eso “todavía supone para él una herida” y que “permanecerá (…) como una marca que dará su estilo y su tipo a toda la vida amorosa de Juanito”[5]. Cabe preguntar, ¿queda todavía una memoria? ¿Una memoria sin recuerdos? ¿Una memoria que no es del pasado, ni del origen, más bien una memoria siempre actual, como marca en la vida? ¿Podemos pensar el trauma como esa memoria anacrónica?
Agradecemos la imagen a la artista Alicia Leloutre
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