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Trauma

La serie, lo serio

Huellas del Trauma

Trauma, Pulsión y Fantasma. Retorno a la causa[1]
Romina Aguilera

El inconsciente freudiano no se expresa de la misma manera luego de 1920, hay un antes y un después de Más allá del principio del Placer[2]. El principio de realidad se encontraba opuesto al principio del placer, el cual quedaba bajo la represión y cuando lo reprimido se levantase, habría acceso al inconsciente. Freud introduce a partir de allí el término de “compulsión a la repetición”, la compulsión emparentada a la pulsión de muerte. En las neurosis traumáticas, como en una guerra, las personas que habían vivido un “acontecimiento” traumático, tenían una marca, una herida, a diferencia de aquellas que no habían vivenciados estos acontecimientos.

En Lacan esta compulsión a la repetición está ligada al orden simbólico. El inconsciente trabaja en repetición y no consigue ligar toda esa energía libidinal. Pero no toda esa energía es del orden de lo simbólico, ésta encontrará la barrera en el campo de lo imaginario y lo real. Lacan plantea que “Ahora tenemos que detectar el lugar de lo real, que va del trauma al fantasma-en tanto que fantasma nunca es sino la pantalla que disimula algo absolutamente primero, determinante en la función de la repetición; esto es lo que ahora nos toca precisar”[3]. Ubicaremos ese real de un encuentro que se desprende de la fuerza simbólica, la Tyche como equivalente al encuentro con lo real. Ese real se sitúa más allá del automaton, cadena significante. “El trauma es el encuentro con un goce, el fantasma tiene la función como pantalla de velar dicho encuentro. El fantasma es un modo de respuesta respecto de lo contingente del acontecimiento. El trauma no tiene un sentido”[4], no pasa por el Otro, pero lo llama. El Otro no tendrá todas las respuestas a través del orden significante, entonces el sujeto las buscará por el lado del objeto. El fantasma tiene una vertiente imaginaria del objeto pulsional con el que la falta en ser intenta completarse. La pulsión proporciona, sin tenerlo, el objeto al fantasma, así el sujeto le da una consistencia y sentido al goce. La pulsión retorna sobre el cuerpo, eco del decir que no se realiza, el goce es la satisfacción de la pulsión. En la neurosis esa pulsión es una demanda inconsciente, pulsión muda.

NOTAS

  1. Cartel: “Huellas del trauma”. Cartelizantes: Romina Aguilera, Evangelina Fuentes, Yanina Maccarone, Marina Parreño. Más Uno: Verónica Carbone.
  2. Freud, S., “Más allá del principio del placer”, Obras Completas, Vol.18, Bs. As.:Amorrortu, 1978.
  3. Lacan, J., El seminario Libro 11, Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis, p. 68, Bs. As.: Paidós, 1987.
  4. Miller, J.- A., “El estatus del trauma”, Causa y Consentimiento, pp. 140-145, Bs. As.: Paidós, 2019.