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Trauma

La serie, lo serio

Huellas del Trauma

El goce opaco del síntoma [1]
Rosa Edith Yurevich

Miller en Todo el mundo es loco, capítulo XV, hace un recorrido en Lacan que va desde La instancia de la letra y La Proposición…hasta la última enseñanza con Joyce y El Seminario 23.

En 1973, Lacan habla aún de las cadenas significantes hechas de goce, algo que nos hacía escuchar como el sentido gozado. Joyce marca una ruptura, un goce que se aleja del sentido gozado.

Escribe: “Lo fascinante de testimoniar del goce del síntoma. Goce opaco por la exclusión del sentido.” Esta exclusión de sentido, ese nada que entender, “esa coherencia de sentido ausente” es lo que producirá un tembladeral en sus enunciados. Lo que nos sorprende es que esta exclusión del sentido diga del goce opaco del síntoma.

Lacan, el clásico, sigue la vía freudiana, las formaciones del inconsciente, incluyendo el síntoma, el psicoanálisis descifra su sentido. La fantasía que nos habitaba era que algo saldría de su opacidad, se tornaría transparente y el síntoma se resolvería.

Este síntoma que se nos presenta como respuesta del Otro, como discurso del Otro; esa “ilusión” del posible desciframiento significante, se topa con lo que retorna y lleva a Freud a pensar en la “reacción terapéutica negativa”. Esta insistencia en los restos sintomáticos lo conduce a inventar el concepto de pulsión de muerte y a escribir Análisis terminable e interminable. La exaltación que produce encontrar un sentido que se descifra, se asocia, vuelve nítida esa “rectificación subjetiva” que significaría que no volvería a repetirse. Acto de fe sobre el significante. Pero esos restos sintomáticos no cesan.

Algo resiste. En 1976 Lacan define al síntoma como “acontecimiento de cuerpo”. Esta breve definición indica la ruptura con el sentido gozado.[2]

Más adelante, subraya Jacques-Alain Miller que esta exclusión califica el goce opaco del síntoma.

Es a eso que “insiste” que Lacan denominará el objeto a. Ese “resto que Lacan supo nombrar y aislar”.

Definir el síntoma como una metáfora era sostener que en la metáfora habría un sentido que emergería, un más (+). Y si, por medio de un análisis, rompiéramos esas significaciones inconscientes, el deseo volvería a correr metonímicamente, recordando que en la metonimia nos encontramos con algo elidido un menos (-).

También “carga” en ese momento al síntoma con ser un grito que ha condensado la historia del sujeto.

Al definir el síntoma como acontecimiento de cuerpo, tenemos tres problemas a resolver: síntoma, acontecimiento, cuerpo.

La expresión “la exclusión de sentido en el goce”, nos indica claramente que algo de la represión (la Uverdragung) nunca se anula.

Lo que no se anula es el axioma “no hay la relación sexual” en los seres hablantes abonados al inconsciente.

El final será entonces no la transparencia, sino encontrar esa solución que te empuja hacia la vida. No se trata de recuperar lo perdido sino perder lo perdido. Esa es la cesión con “c”.

Agradecemos la imagen a la artista Alicia Leloutre

NOTAS

  1. Dupla: Cecilia Rubinetti- Silvia Perassi (responsables)
  2. Miller, J.-A., Todo el mundo es loco. p 284, Bs.As.:Editorial Paidos, 2015.