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Trauma

La serie, lo serio

Huellas del Trauma

Efracción Traumática[1]
Silvia Chichilnitzky

Hay una noción relativa al trauma que me atrapó desde que comenzamos a trabajar en el cartel. Se trata de la efracción traumática. Encuentro que la efracción traumática aparece planteada en clave de repetición desde Freud en su artículo Más allá del principio del placer (1920) cuando recupera el concepto económico de trauma de las neurosis traumáticas, ahí enuncia que lo traumático retorna en la compulsión de repetición. Plantea que no sólo se repite lo placentero sino también lo displacentero, lo que no se puede procesar. El trauma no se corresponde con la pérdida, ni el peligro de perder, como sucede en el angustiado. Lo que encontramos en el traumatizado es una ruptura que confronta al sujeto a la intrusión de un increíble para sí mismo. Esta se presenta en la incapacidad de responder con palabras, porque se instala en el sujeto una cuestión de otro orden: el goce. Este supera toda posibilidad de ser localizado por el sujeto. El goce que se impone en el traumatismo deja al sujeto en la imposibilidad de decir algo al respecto. Su trasfondo se encuentra en la satisfacción de la pulsión, que representa una amenaza interna y un peligro externo. Para que el peligro tenga un sentido es necesario que haya sido reconocido e interiorizado. Lacan se une a Freud para indicar que lo real está habitando ahí al sujeto y ahí mismo se localiza el fantasma. El fantasma es una respuesta que intenta inscribir esta intrusión. Esta concepción ubica en el mismo plano al trauma y al fantasma. Y si bien el fantasma, tal como lo concibió Lacan, le permite crear a cada uno una realidad psíquica de carácter ordenado, cuando este se desgarra, ante la aparición del acontecimiento traumático se activa un empuje, un más allá, un forzamiento del principio del placer, una travesía salvaje del fantasma hacia su núcleo de real. La escena de ese mundo ordenado desaparece y el caos lo enfrenta a un efecto irreconciliable con su sentido. Lo constitutivo del trauma es un desvelamiento brutal, un retorno de lo que se vincula con la represión originaria y un surgimiento de goce donde no haría falta. Cuando este efecto entra en tensión con la posición particular del sujeto respecto de su fantasma, despoja al sujeto del sentido al que se aferraba para perdurar. Lo que hace a la singularidad del trauma para un sujeto, es aquello en lo que fue sorprendido. En el encuentro traumático la causalidad no es lineal. Lo que no puede significarse, se alinea del lado del trauma. En la efracción traumática, el fantasma no fija lo real, este queda al descubierto. La efracción traumática es una repetición que asalta al sujeto, esta repetición no es como todas, insiste. Porta una certeza.

BIBLIOGRAFÍA

  • Freud, S., “Más allá del principio del placer”, Obras completas, Tomo XVIII, Bs. As.: Amorrortu, 1978.
  • Briole, G., Dossier Hemeroteca CIEC, Hacia el Seminario Internacional La feminización del mundo, Córdoba, 2013.

NOTAS

  1. Cartel : “ Trauma”. Cartelizantes: Adriana Dirzieh, Cynthia Barreiro, Marisa Chamizo, Silvia Pino. Más Uno: Silvia Chichilnitzky.