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La serie, lo serio
Huellas del Trauma
El trauma, un sin sentido [1]
Silvia Contreras
Lacan en el Seminario 11 nos habla de lo real como encuentro esencialmente fallido[2]. Es lo que en la historia del psicoanálisis se presentó bajo la forma de trauma, irrupción de goce en el ser vivo anterior a toda simbolización. ¿Cuál es la relación entre lo traumático y el sentido? Es preciso diferenciar lo que para el sentido común es un trauma generalizado, de lo traumático para el psicoanálisis. La experiencia analítica se orienta más allá de los hechos de la realidad, del principio de placer. Sitúa eso que deviene trauma a partir del encuentro contingente con lo real, que concierne siempre a un sujeto, implicando una respuesta singular, propia de cada uno.
En Freud lo traumático no necesariamente surge de algo trágico o violento. Puede tratarse de experiencias mínimas, donde el sujeto tropieza con algo inesperado o que ignora. Un acontecimiento que retroactivamente se resignifica otorgándole valor traumático. El trauma concebido como un encuentro contingente, como irrupción de un goce. Un excedente sexual sin saber sobre la sexualidad, inasimilable, sin palabras, un hecho sin dicho.
En la carta 52 Freud dice que en el aparato psíquico existe un proceso que se desarrolla por estratificaciones, donde las huellas mnémicas de tiempo en tiempo experimentan re transcripciones. Lo nuevo de su tesis es que la memoria está registrada en una variedad de signos[3]. Ubica por lo menos tres transcripciones. En el pasaje de un sistema a otro las huellas se inhiben en el sistema que abandonan, el reordenamiento de las huellas se tramita al modo de una traducción que, en tanto traducción implica lo imposible de traducir, aquello inaccesible que provoca displacer y escapa al campo del sentido.
Lacan plantea que la homeostasis subjetivante no alcanza a elaborar la marca traumática, marca que insiste en el trauma en no dejarse olvidar, ni recordar. Se trata de leer la marca del trauma que perdura oculta detrás de la pantalla del fantasma. Cubriendo el real que hay en juego para el sujeto, que no se inscribe ni representa en el Otro, en tanto siempre faltan las palabras para traducir el goce. Es aquello que por la vía de los tratamientos en lo Imaginario y Simbólico no encuentra nominación posible, es eso fuera de sentido, una de las ocurrencias de lo real.[4] Se trata en términos freudianos de lo intraducible, que da cuenta de una disyunción estructural entre el sentido y el goce producto de lo traumático.
Agradecemos la imagen a la artista Alicia Leloutre
NOTAS