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Trauma

La serie, lo serio

Huellas del Trauma

Eclosión de la neurosis como respuesta al trauma[1]
Silvia Szwarc

En un trabajo reciente, rumbo a las Jornadas de la ECF Atentado Sexual, K.Langelez- Stevens[2], a partir de la lectura que realiza del libro de Amèlie Nothomb, Biografía del hambre, provocó nuestra curiosidad.

La novela es autobiográfica.

La escritora, de nacionalidad belga, menciona, al pasar el inmenso placer que sentía nadando en el mar en el que permanecía por horas. Una vez sintió que los brazos del mar le arrebataban la malla. Tenía 12 años. El dolor hizo que un grito saliera finalmente de su garganta, luego del terror inicial que la había cerrado. Su madre dando alaridos corrió hacia ella. Los brazos del mar la soltaron; cuatro muchachos salieron huyendo.

Un día, visitando en la India el templo de la Diosa Viva llega a una conclusión: “a los doce años las niñas eran rechazadas”.[3]

Mientras “Bangladesh se hunde en la dictadura, yo me hundo en la dictadura de mi cuerpo”, escribe.

“En lo más profundo de mi insustancialidad hormonal, reinaba el caos”. En el espacio que va de la cama al sofá, ella y su hermana se refugian del espectáculo de la miseria y de la mutilación que hay en las calles de Bangladesh (donde su padre era cónsul).

La madre, desesperada por el encierro de sus hijas, decide llevarlas a un club inglés.

Un joven de quince que se zambulle en la piscina, enciende su deseo. Escribe: “Mi cuerpo me había traicionado (…) yo seguía deseando al joven inglés, mi cuerpo seguía creciendo, la voz interior seguía odiándome”.

Se instala en una anorexia pertinaz. Dice, en algún lugar, que había logrado matar a su cuerpo, luego de dos meses de dejar de comer, no sentía deseo por el joven inglés, no sentía más nada. “Había vencido al hambre y, en adelante, disfrutaría de la embriaguez del vacío A los quince años, medía 1,70 m y pesaba 32 kg”.

Una noche, cuando sintió el frío de la muerte, su cuerpo se rebeló contra su cabeza y volvió a comer. La voz, que la anorexia había enmudecido, vuelve a hacerse oír la escritura, consigue apagarla.

Por ello dirá -en una entrevista muy posterior[4]-, que está sometida “a la dictadura de la escritura, para evitar la emergencia de aquella angustia”.

Y Emma[5] (del Proyecto de Psicología).

Las eclosiones de ambas neurosis se producen en la metamorfosis de la pubertad.

En cada una de ellas existe un primer encuentro que produce huellas en el cuerpo (a) y una laguna en el inconsciente; en un segundo tiempo, la atracción por un muchacho, violentamente rechazada ($).

La activación del recuerdo 1 por el tiempo 2, instala la represión que no existía en 1, huella del desprendimiento sexual cuyo correlato en el inconsciente será la laguna psíquica[6].

a——>$

Del tiempo 1, se produce el a; en el 2, el $: son los términos del fantasma.

Ni la fobia de Emma ni la anorexia de Amèlie son sin el troumatisme, secuelas del cuerpo como Otro en su goce indecible.

Agradecemos la imagen a la artista Alicia Leloutre

NOTAS

  1. Cartel: “El cuerpo (lugar del trauma) e inconsciente: qué relación”. Cartelizantes: Ramón Tornero, Mitsi Nieto, Leonardo Godoy, Zulema Blutracht , Nora Mosquera . Más Uno: Silvia Szwarc.
  2. Katty Langelez- Stevens., “Anorexie, un rèponse à l’attentat sexuel”, L’Attentat sexuel, Jornadas de L´. École de la Cause Freudienne, noviembre 2020, inédito. https://www.attentatsexuel.com/lanorexie-une-reponse-a-lattentat-sexuel/
  3. Niñas que los brahmanes elegían y alimentaban y honraban desde bebés hasta los doce años. Sentadas no hacían más que engordar. La divinidad duraba hasta los 12 años; no se les permitía moverse. A los doce años, retornaban a sus hogares.
  4. El País, España: Entrevista a Amèlie Nothomb; Alex Vicente, 6 de abril 2016
  5. Freud, S., “La proton pseudos histérica Proyecto de psicología para neurólogos”, Obras completas, Tomo I, p. 400, Bs. As.: Amorrortu, 1978.
  6. Freud, S., “Manuscrito K carta 46”, Obras completas, Tomo I, p. 269, Bs. As.: Amorrortu, 1978.