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Trauma

La serie, lo serio

Huellas del Trauma

Trauma y síntoma[1]
Zulema Buendía

En el presente texto, un sueño del tramo final del análisis, me permitirá dar cuenta del pasaje del trauma al síntoma en el testimonio de Véronique Voruz, “Separarse sin arrancarse” [2] .

El analista orientado, sabe que el trauma testimonia el encuentro con lalengua que hace agujero en la estructura trazando un borde que no se puede decir, pero que deja una marca significante, sobre la cual operará para equivocar el goce allí sedimentado. Perturba la defensa para así desbaratar la regla fantasmática que comanda la repetición, equivocando el sentido común y empujar a leer de otro modo.

Del recorrido de su análisis Véronique logrará recortar el S1 “arrancada”, significante que tiene el estatuto de marca de goce que fija como destino un rasgo subjetivo. De su historia ubicará que sus padres estando casados y jóvenes, al ascender una montaña, tuvieron un accidente. El padre salió ileso y a la madre le fue arrancada la pierna izquierda, junto a la pérdida de un embarazo. La marca traumática no es el hecho sino el dicho de la novela familiar.

Este S1 retornará a nivel del cuerpo, como un dolor intenso en la pierna izquierda, en tanto síntoma entendido como acontecimiento de cuerpo, en el lugar de la amputación materna.

El atravesamiento del fantasma en el análisis delineaba sus relaciones amorosas quedando la separación del lado de arrancar o perder una parte del cuerpo, desde una “feminidad amputada”.

Hacia el final del análisis, traerá el relato de un sueño del cual logrará extraer un nuevo significante: Caminaba por una montaña, miraba hacia atrás y observó una pierna arrancada entre las piedras. Ascendió el camino de la montaña precipitadamente, escapaba así al destino de ser una parte del cuerpo del Otro. El inconsciente lo pone en una imagen del sueño, la pierna arrancada, manera de cernir lo real.

Localizaba así el estatuto sintomático del significante que permitió un pasaje de“arrancada” a “precipitada”, nuevo nombre que le permite vivir la pulsión de otro modo. El destino no es la represión sino que hace borde respecto del agujero de la estructura. Se escribió en el cuerpo, lo invierte como un guante y lo transforma en un estilo.

El acontecimiento del cuerpo, como un traumatismo en el sentido freudiano, es una fijación pulsional, “el desafío del psicoanálisis es cómo la interpretación puede desfijar ese goce”.[3] Dos interrogantes para seguir trabajando: ¿el sueño es un pequeño despertar hacia una invención vía la letra, que vivifica?

NOTAS

  1. Cartel: Trauma. Rasgo; Trauma y síntoma. Cartelizantes: Zulema Buendía, Marcelo Castagnoli, Cristina Muller, Daiana Romero. Más Uno: Nieves Soria.
  2. Voruz, V., Separarse sin arrancarse”, Revista Freudiana N° 79, pp.139-148, España: edita ELP, 2017.
  3. Loray, A.,” Efectos de transmisión. Entrevista a los AE, Véronique Voruz”, El caldero on line de la Escuela N° 3, Bs. As.: edita EOL, 2016: http://elcaldero.eol.org.ar/Ediciones/003/template.asp?Efectos-de-transmision/Veronique-Voruz.html